Soy pintora desde siempre y hasta siempre, desde las hadas y las bailarinas que pintaba de niña, desde mis estudios de Bellas Artes en San Fernando, en el antiguo caserón de Carlos III en la calle de Alcalá. Y de todo lo que vino después.

 

Al tiempo que estudiaba la carrera gané siete premios cuando me presentaba a concursos. Dejé de hacerlo.

 

Desde entonces he recorrido un largo y apasionante camino, interesándome, e incluso obsesionándome, por temas, formas y técnicas distintas. Por el hombre o por su entorno. Por el color o por las texturas. Por los planos o por las pinceladas explosivas. Por el realismo o por la sugerencia. Por el agua o… ¡por tantas cosas!… Siempre con el afán de buscar y de encontrar

 

Y he descubierto que yo estoy en todas esas “diferencias”, que no quiero excluir a ninguno de mis “lenguajes”, y que siempre persisten en mi unos hilos conductores: el amor por la forma, la línea de la “academia”, la búsqueda del concepto, el placer del divertimento, el dibujo, el color…

 

Como decía Juan José Gómez Molina, “Puri sigue con el deseo de seguir manteniendo la pregunta y la aventura… mantiene… el derecho de probar y de experimentar… sigue evocando dos términos opuestos a la vez para situarse ella misma en un solo discurso… Cuanto más brillantes son… sus experiencias… más aflora… el gusto por modelar y ser un mundo imposible de la belleza aprendida, del orden irrecuperable.”

 

Y como ha comentado Román Pereiro, “Camina sin prejuicios por uno de los tradicionales caminos del arte: La pintura-pintura… En el arte hay algo siempre de permanencia que, ajeno a las modas dominantes, sigue validando la tradición de lo bueno. Ella lo sabe.”

 

En fin, con más de sesenta exposiciones, con obras en seis museos y en muchas colecciones privadas, sigo buscando, disfrutando y sufriendo… haciendo lo que más me gusta, lo que necesito como respirar…Pintar.

 

Puri del Palacio.